Antonio Jaén Morente (Córdoba, 1879 – San José -Costa Rica-, 1964) fue un republicano convencido y fiel a sus ideas y un demócrata por encima de cualquier otra consideración. Laicista no clerófobo planteó cuestiones capitales en el debate de la Constitución de 1931, en la que logró impregnar varios de sus pasajes de su “espíritu liberal”. Describió entonces problemas capitales de la España de hoy, algunos que cuestionan su propia identidad, como el independentismo catalán, la reserva de determinadas competencias por parte del Estado, la igualdad entre hombres y mujeres y la propiedad de los bienes eclesiásticos, entre otros.
Tuvo una avanzada visión de la ciudad de Córdoba que, camino de un siglo más tarde, plantea aún cuestiones de actualidad y fue un luchador comprometido con sus ideas hasta el punto de hacerle morir en el exilio, sin poder cumplir su deseo, el de que su cortejo fúnebre pasase por debajo de la Puerta de Almodóvar, el barrio que le vio nacer y donde perdura uno de los pocos recuerdos materiales que su ciudad le ha tributado.
Este ensayo recoge su trabajo parlamentario, entre 1931 y 1933 y en 1936. Trata de compilar parte de su visión política de la realidad y ser una modesta aportación al conocimiento de la persona que proclamó la II República en Córdoba.